¿Cómo se diagnostican?

Las pruebas de diagnóstico confiables y sensibles son esenciales para todos los programas de control de enfermedades tropicales desatendidas, incluidos los de control de gusanos.

Todos los parásitos han desarrollado mecanismos para propagarse a nuevos huéspedes, por ejemplo, poniendo huevos en las heces o en la orina del huésped, o liberando etapas anteriores a la larva en el flujo sanguíneo para que las ingieran los vectores que se alimentan con sangre. El diagnóstico parasitológico de las infecciones por gusanos en esta etapa de la vida suele realizarse mediante el  examen microscópico de muestras de sangre, heces y orina. Las pruebas de anticuerpos cada vez están más disponibles. Estos enfoques suelen ser fáciles de usar, económicos y permiten la evaluación de alto rendimiento de poblaciones grandes, y tienen un rendimiento suficiente para detectar los cambios en la prevalencia e intensidad de la infección. Sin embargo, se sabe que tienen baja sensibilidad, en especial, en intensidades de infección baja, que es un problema cada vez más importante cuando los programas se acercan a los objetivos de eliminación.

Vea los tutoriales en vídeo desarrollados por las universidades Jimma University, en Etiopía, y Ghent University, en Bélgica, que proporcionan información detallada sobre cómo realizar métodos tradicionales y nuevos para diagnosticar y cuantificar las infecciones en las heces, incluido el frote grueso de Kato-Katz, el método de conteo de huevos de McMaster y Mini-FLOTAC.

  • Geohelmintos

    La infección con geohelmintos pude diagnosticarse fácilmente al detectar los huevos de helmintos en las muestras de heces mediante técnicas microscópicas. La técnica más usada es la de Kato-Katz, que también es la recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, hay disponibles varios métodos que se utilizan en el campo, por ejemplo, la concentración de formol-éter (FEC), McMaster, FLOTAC y Mini-FLOTAC. Todos los métodos coprológicos microscópicos tienen un rendimiento variable y desventajas parecidas, por ejemplo, la baja sensibilidad para la detección de infecciones de baja intensidad. Es posible aumentar la sensibilidad examinando varios portaobjetos preparados con la misma muestra de heces o, mejor aún, con varias muestras de heces.

    En la actualidad, no existen herramientas basadas en anticuerpos o antígenos para diagnosticar la infección con geohelmintos. Se han desarrollado pruebas con base en la reacción en cadena de la polimerasa, pero desafortunadamente no parecen ser más sensibles que las técnicas coprológicas microscópicas.

  • Esquistosomiasis

    El diagnóstico de la esquistosomiasis suele realizarse mediante exámenes de heces u orina para detectar huevos de esquistosomas. Los esquistosomas intestinales (incluidos S. mansoni y S. japonicum) se diagnostican observando los huevos en una muestra de heces gruesa. Al igual que con los geohelmintos, el método más común es el Kato-Katz, que es el recomendado por la Organización Mundial de la Salud para usarse en el campo; no obstante, también están disponibles los métodos de concentración de formol-éter (FEC), McMaster, FLOTAC y Mini-FLOTAC. Los huevos de S haematobium se liberan en la orina y se detectan con análisis microscópicos en una muestra de orina concentrada mediante la sedimentación, centrifugación o fitración y pasada por un papel o filtro de nitrocelulosa. Al igual que con los geohelmintos, la sensibilidad es baja y podría aumentarse examinando varias muestras de heces u orina.

    Ahora hay disponibles en el mercado pruebas de anticuerpos o antígenos para la detección de la esquistosomiasis intestinal y urogenital: la tira para el Antígeno Catódico Circulante en Orina (CCA) y los antígenos del huevo solubles del ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (SEA-ELISA). Sin embargo, el rendimiento en el campo es variable. También se recomienda la tira reactiva en orina para la detección de la hematuria como un método relativamente barato y preciso para la detección de la infección de esquistosomiasis urogenital.

  • Filariasis linfática

    La filariasis linfática tiene varias manifestaciones clínicas. Sin embargo, el método estándar para diagnosticar la infección activa es la identificación de microfilarias (mf) en una muestra de sangre para análisis microscópico. La toma de la muestra de sangre debe coincidir con la aparición de microfilarias (la etapa anterior a la larva), que solo se presenta en la noche cuando los vectores (mosquitos) pican. La sangre se coloca en el portaobjetos y se analiza en el microscopio. El método es económico y puede realizarse a nivel individual y comunal, y proporciona una medición de la intensidad de la infección (microfilarias por mililitro).

    Más recientemente, las técnicas serológicas han proporcionado una alternativa práctica a la detección microscópica de microfilarias. Los anticuerpos antifiláricos circulantes pueden detectarse ahora mediante las pruebas inmunocromatográficas (ICT), que solo requieren una muestra de un pinchazo en el dedo. Estas pruebas son fáciles de usar y económicas, por lo que cada vez más se utilizan en los estudios para la realización de mapas. Sin embargo, no son cuantitativas (es decir, no proporcionan información sobre la intensidad de la infección) y no se recomiendan para el monitoreo y evaluación del control.